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sábado, 6 de septiembre de 2008

El Secreto, Rhonda Byrne

Ante la fiebre que ha generado éste libro, decidí leerlo. Es un libro típico de los que tiene éxito, bien escrito, pequeño, y con una idea innovadora. En lo personal esperaba más por los comentarios que había escuchado.

La ley de la atracción pienso que si existe, pues cuando uno piensa en algo y lo tiene en mente todo el tiempo, empieza a visualizarlo y se acerca a conseguirlo. No creo tampoco que sea como dice el libro, que una persona atrae todo lo bueno o todo lo malo que uno piense. No siempre se alcanzarán las cosas buenas sólo por quererlas, ni tampoco evitará todo lo malo sólo por no pensar en ello.

Al final de cuentas el hombre es un ser social, y esa interacción con otras personas y con el ambiente en general muchas veces pueden traer cosas buenas o malas que uno ni pensaba. Lo que si depende de uno es la actitud ante las diferentes situaciones que se presentan en la vida.

Uno si puede atraer algunas cosas que piensa, precisamente por tenerlas en la mente. Cuando uno piensa en algo comienza a asociar todas las situaciones y circunstancias de la vida con ese pensamiento. Por ejemplo la vez pasada hablaba con un amigo que su esposa está embarazada. Me contó que desde que se enteró de la noticia, ahora mira mujeres embarazadas por donde va. Cuando uno decide comprar un carro de una marca específica, comienza a verlo por todos lados en la calle.

Me gusta poner el ejemplo, que también menciona el libro, sobre el parqueo. No importa que tan lleno pueda estar un Centro Comercial, por ejemplo, yo llego, y me planteo una meta acerca del lugar donde quiero parquear. Obviamente es una meta realista, pues si en una fila hay 8 carros esperando parqueo, mejor ni pruebo. Pero generalmente encuentro parqueo donde quiero en un lapso de tiempo bastante corto.

Pienso que éste tipo de libros sirven para el Crecimiento Personal si uno se plantea unas metas concretas y realistas, y toma las acciones necesarias para alcanzarlas. No es posible que uno quiera alcanzar una gran riqueza personal, y luego no haga nada para conseguirla y gaste en cosas. Tampoco es posible que uno quiera mantenerse en forma, y no haga ejercicio ni coma saludable.

Piense y Hágase Rico, Napoleón Hill. Como un Hombre Piensa, Así es su Vida , James Allen

Leí éste libro escrito en 1937, y me impresionó por la vigencia que tienen muchos de sus argumentos, ideas y planteamientos. Ahora que se puso de moda las teorías sobre el poder del pensamiento, y éste libro escrito hace 80 años ya mencionaba muchas de éstas ideas.

El plantea una serie de pasos para alcanzar la riqueza, y muchos tienen que ver con el pensamiento. Todo parte de una idea, el deseo de alcanzarla, el poder de la autosugestión, la persistencia, la mentalidad positiva y atacar los temores.

El libro me pareció tan bueno que hice un resumen, pero salió tan largo que no lo puedo agregar en éste post. Las ideas que tomé en éste libro me servirán en adelante en mi vida, pues pienso que el método que propone puede servir para alcanzar cualquier meta que me proponga.

En resumen, ¡Un libro 100% recomendable!!!

El libro Como un Hombre Piensa, Así es su vida, es un libro muy pequeño, que venía incluido en las páginas de Piense y Hágase Rico. Va muy de la mano pues también habla del poder del pensamiento en la vida de las personas.

La mentalidad positiva y la autosugestión, son herramientas claves para alcanzar el éxito personal en todo lo que uno se proponga.



lunes, 18 de agosto de 2008

David Hormachea, ¿Cómo ser Padres Buenos en un Mundo Malo?

Me pareció un libro interesante, que creo que puede ayudar a los padres a ser mejores. Una de las cosas que más me gustó es que dice el autor que la misión que Dios nos mandó no es que nuestros hijos sean buenos, sino que nosotros seamos padres buenos. Será decisión de nuestros hijos ser buenos o no, tomando como base el ejemplo y la formación que nosotros como padres les podemos dar.

Abarca la educación con valores, algo que está ausente hoy en día en muchos hogares. Da muchos consejos, aunque en algunas ocasiones estos consejos se van a los extremos. Por ejemplo dice que los hijos no deben salir antes de los 18 años si no es con sus padres o con algún otro padre responsable. En mi opinión esto es demasiado extremista. Yo pienso que siempre tiene que haber cierta confianza que permita que los hijos poco a poco vayan tomando sus propias decisiones.

Al final de cuentas, nadie puede enseñar lo que es ser padre, aunque al leer a personas que han escrito sobre el tema nos va abriendo la mente para prepararnos para ésta tarea que nos ha sido encomendada, y que no parece nada fácil.

martes, 15 de abril de 2008

El propósito de ser Feliz

Últimamente he meditado mucho acerca de la felicidad. Considero que es difícil encontrar en éste mundo a una persona que no tenga la felicidad como una de las metas de su vida. Todos la quieren, pero sin embargo, no todos la tienen.

Podemos decir algunas cosas como las que siempre se dicen, como por ejemplo, que la felicidad es un viaje, no un destino. También podría decir cosas como que el dinero no compra la felicidad. Hay un sin fin de dichos y frases que se refieren a la felicidad.

Prefiero, sin embargo, decir lo que yo he pensado. Yo llegué hace poco tiempo a la conclusión de que quiero ser feliz. Me tracé ésta meta, es lo que quiero en ésta vida. Para conseguir ésta felicidad, hay una serie de cosas que quiero conseguir. Entonces preparé un listado de metas para éste año 2008.

Estas metas están en diferentes categorías:

  1. Espirituales
  2. Salud
  3. Familia
  4. Amigos
  5. Educación
  6. Trabajo
  7. Negocios
  8. Casa
  9. Finanzas
  10. Entretenimiento y Ocio.

Estas metas las tengo escritas en mi computadora, y en mi celular, para revisarlas constantemente. Obviamente he tenido que ir corrigiendo algunas, por diferentes circunstancias que se han ido dando en éstos meses. Todas son metas realistas, pero que me exigen en todos los aspectos de mi vida.

Esto es un proceso, y poco a poco deberá ir mejorando. He pensado, por ejemplo, que está excelente de tener la meta de ser feliz, y también tener metas de corto plazo para saber como lo voy a conseguir en éste año. Sin embargo, debo de tener metas a mediano y largo plazo, por ejemplo, como me veo en 10, 20 o 40 años.

Sin embargo, y creo que aquí viene lo más importante de todo, es que las metas no me muestran el punto donde voy a ser feliz. El hecho de hacer lo que está escrito en estas metas, me debiera de dar la felicidad cada día que pasa. Si algo no me ayuda en el proceso de ser feliz, entonces debiera desecharlo.

Por supuesto que todo en un marco de valores y principios, por ejemplo, no estoy diciendo “Tengo problemas con mi esposa, mañana me divorcio”, o “Necesito aquel negocio, voy a dar mordida o soborno, si me lo piden”. En mi caso tengo una serie de principios y valores que no negocio. Por ejemplo, si esa esposa escogí, puedo escoger luchar cada día para que la relación mejore, y no tomar el camino fácil de la separación. Esto tampoco excluye la posibilidad de que aunque yo lo intente, la situación no mejore, se vuelva insostenible, y ya no haya nada más que hacer.

En mi opinión, he hecho un compromiso: “Voy a ser feliz, cada día que pasa, con lo que tengo o no tengo, con lo que me sobra o me hace falta, con quienes me rodean, haciendo lo que hago”. Esto no implica en ningún momento ser conformista, o no ver al futuro y querer algo mejor. El día que yo diga que ya llegué a donde quería llegar, me preocuparé si no me he trazado nuevas metas. Siempre con la mirada puesta en el futuro, pero viviendo el presente al máximo.

Y por último, el punto donde creo yo que falla la mayoría de personas en la búsqueda de la felicidad. No miran lo que tienen, sino lo que no tienen. No importa cuántas cosas buenas tengan en su vida, por detalles se vuelven infelices. A veces son cosas como el carro nuevo que compró el vecino, el comentario que hizo aquél compañero de trabajo, la mirada que me hizo fulanito, lo que quiero pero no puedo comprar.

Cuando analizo de una forma macro todo lo que he vivido, son pocos los acontecimientos que han marcado mi vida de una forma tan importante, que pueda decir que me dieron o me quitaron la felicidad. Por lo tanto, cada día tengo que pensar si las cosas que me suceden son lo suficientemente importantes como para que tire en la cama y caiga en depresión, o me enoje tanto que me de un ataque cardíaco.

El principal obstáculo para alcanzar la felicidad, en muchas ocasiones, es uno mismo.

La felicidad es una decisión personal. Yo decido ser feliz, no importa si se murió el perro, se enfermó un familiar, perdí mi empleo, me estafaron, me accidenté, o me miró feo el vecino.

Cada día que pasa, tengo que levantar la cabeza, mirar al Cielo, decir: “Gracias Dios, por éste nuevo día que me mandas para ser feliz”, luego vivir cada instante al máximo, no quitarme la felicidad por cosas que en el contexto global de mi vida no tienen importancia, y ¡Ser feliz!